Eric Schiffer, de la firma estadounidense Reputation Management Consultants, calificó así el apoyo implícito de la pareja a Joe Biden.
El duque y la duquesa de Sussex se enfrentan a una reacción violenta por su intromisión política de Estados Unidos, a pocos meses de su arribo al país procedentes del Reino Unido.
Huyeron de Gran Bretaña hace seis meses, quejándose de que se sentían incapaces de «prosperar», para llegar a California y firmar un mega acuerdo de USD$150 millones con Netflix.
Pero ahora se han enemistado con una parte de los ciudadanos de Estados Unidos al lanzarse a la política y respaldar al candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden.
Su pesadilla de relaciones públicas se produjo cuando se reveló que Meghan y Harry disfrutaron del compromiso real más caro el año pasado, acumulando casi un cuarto de millón de libras en un viaje que juntos realizaron a África.
La pareja se dirigió a Estados Unidos meses después, pero su popularidad allí se tambalea tras interferir en los asuntos estadounidenses.
Recientemente, instaron a los votantes a rechazar el «discurso de odio» en una clara incitación a Donald Trump.
Eso llevó al presidente a tuitear que no era «fanático» de Meghan, quien el miércoles apareció desde su casa en un video en el programa de televisión America’s Got Talent.
Trump también bromeó: «Le deseo mucha suerte a Harry porque la va a necesitar».
Eric Schiffer, de la firma estadounidense Reputation Management Consultants, calificó su entrada en la política como “letalmente estúpida”.
Dijo: “Ya han enajenado a una gran franja de estadounidenses de los Estados rojos, que ahora la verán como una élite liberal desconectada».
«Si estás tratando de construir una marca basada en el apoyo de las personas, lo que aparentemente intentan hacer Meghan y el príncipe Harry, eso es una locura».
«Existe el peligro de que Meghan sea vista como una hipócrita legítima que solo está usando su nuevo status de celebridad para atacar al presidente».
Aparte del golpe televisado de Meghan y Harry hacia Trump, ela lo ha calificado en el pasado de «misógino» y «divisivo».
Pero han sido tachados de «narcisistas» cuando los partidarios del presidente respondieron.
El autor conservador estadounidense PJ O’Rourke dijo: «Luchamos en una guerra en 1776 para mantener las opiniones de la familia real británica fuera de la política estadounidense».