El actor ha confesado que hace dos años estuvo a punto de dejarlo todo y ya no continuar con su tratamiento.
Michael J. Fox ha transitado por un duro camino desde que fue diagnosticado con Parkinson, y confesó que hace dos años estuvo a punto de dejarlo todo y ya no continuar con su tratamiento.
El actor recibió la noticia de que padecía Parkinson en 1998, y que tenía un tumor en el cerebro que crecía rápidamente, por lo que tenía que operarse. Tras decidir entrar a quirófano, duró 4 meses su recuperación, para continuar con un estricto tratamiento médico.
El camino no ha sido fácil, y el protagonista de ‘Volver al futuro’ ha pasado por momentos de profunda depresión, y hace dos años quiso ‘tirar la toalla’, y dejó el tratamiento de su enfermedad, pero un accidente doméstico lo hizo reaccionar, se cayó al suelo en la cocina de su apartamento en Nueva York y se fracturó un brazo, cuando se encontrab solo: “Fue la gota que colmó el vaso, estaba apoyado contra la pared esperando a que llegara la ambulancia y no paraba de pensar: ‘no puedo caer más bajo’. Ahí fue cuando comencé a cuestionármelo todo, no podía seguir poniendo al mal tiempo buena cara, aquella situación no tenía lado positivo, todo era dolor y arrepentimiento”.