El médico está siendo investigado por la muerte del ex futbolista, que la policía cataloga «homicidio culposo y abandono de persona».
Los fiscales que investigan la muerte del futbolista Diego Maradona, ordenaron este domingo el allanamiento del domicilio y del consultorio privado de Leopoldo Luque, el médico de 39 años que atendió al exfutbolista quien murió el pasado miércoles 25 de noviembre de una insuficiencia cardíaca.
Los allanamientos se realizan luego de la declaración testimonial de las hijas Dalma, Gianinna y Jana, las tres hijas de Maradona, quienes pidieron que se revise las medicaciones que Luque y su equipo le recetaron a su padre en los últimos meses de tratamiento en las clínicas Ipensa, de La Plata, y en la Clínica Olivos, según informa el diario Clarín.
La investigación por ahora está bajo la figura de «homicidio culposo y abandono de persona» y Luque será llamado a declarar en las próximas horas.
La Justicia busca la historia clínica elaborada por Luque y también podrían allanarle sus teléfonos celulares para peritarlos y saber con quien mantuvo contacto en los días previos al fallecimiento de Maradona.
Según se supo, el jueves 19, mantuvo una discusión con Diego y este lo echó de la casa en el country. Y trascendió que después de ese episodio, Luque volvió a verlo el domingo 22.
Se supo también que antes de que Luque firmara el alta hospitalaria de Diego, tras ser operado de un hematoma subdural en la cabeza, en la clínica Olivos, en Buenos Aires.
La psiquiatra Agustina Cosachov, habría declarado en la Justicia que solicitaba la presencia «permanente» de un médico neurólogo y otro clínico más una ambulancia con desfibrilador en el lugar donde se alojó Diego después de ser operado.
En el lugar de la muerte del ex futbolista no se encontró un desfibrilador, la enfermera Dahiana Madrid declaró que le hizo «respiración boca a boca y masajes cardíacos» a Maradona para intentar revivirlo, y ni siquiera había suero.
La autopsia no había revelado una mala praxis, pero los fiscales investigan ahora negligencia médica o impericia con el especialista como principal sospechoso.