La mansión de casi US$34 millones fue puesta a la venta discretamente, semanas antes de la muerte del actor.
La propiedad de Sean Connery en el sur de Francia se puso a la venta en silencio, en las semanas previas a la muerte de la ex estrella de James Bond el sábado.
La leyenda del cine, que también era dueño de casas en Inglaterra, España y las Bahamas, puso la mansión en el mercado por US$33.87 millones.
Conocida localmente como «el lugar de Sean», la casa de la Riviera francesa aparece en la película de James Bond, protagonizada por Connery, Never Say Never Again (1983), que se filmó en locaciones de Niza y Mónaco.
La finca de lujo de cinco dormitorios y cinco niveles en lo alto de un acantilado cuenta con vistas a la Promenade des Anglais y el Puerto Viejo y viene con un ascensor a una terraza en la azotea, ventanas de piso a techo, un gimnasio y una piscina cubierta.
Connery, de 90 años, falleció el sábado (31/10) en su casa en las Bahamas, rodeado de miembros de su familia.