La cantante abrió su corazón una vez más en una nueva entrevista…
Shakira ha vuelto a abrir su corazón, de esta vez en una nueva entrevista a la revista «People en Español» de la que es portada de su edición ’50 más bellos’, a un año de su polémica separación de Gerard Piqué.
Más sincera que nunca, la cantante colombiana reveló por primera vez que se enteró de la ‘traición’ del ex futbolista cuando su padre estaba hospitalizado:
“Mi papá fue a Barcelona a consolarme cuando estaba consumida de tristeza por mi separación. Y estando allí, en la primera comunión de Milan, resultó gravemente herido en un accidente. Todo se juntó, mi hogar se desmoronaba”, recuerda, afirmando que se enteró “por la prensa de que había sido traicionada mientras mi papá estaba en la UCI”.
“Pensé que no sobreviviría a tanto. El hombre que más he querido en mi vida, mi padre, se me iba cuando más lo necesitaba, pero no podía hablar con él ni recibir los consejos de mi mejor amigo que tanto habría necesitado”, afirma.
Shakira reconoció que tras la separación ha pasado ‘por la negación, la rabia, el dolor, la aceptación, el duelo, la esperanza, la decepción, la esperanza otra vez, ilusión…’:
“Tantas emociones y sentimientos que a ratos parecían encontrados, que parecían que no podían coexistir al mismo tiempo dentro de mí, y que solo he podido desenredar a través de mis canciones, para entenderme un poco mejor (…) la música me salvó la vida y me dio alas para volar… Me permitió ser yo misma, me rescató en los momentos más difíciles”, explica.
La artista afirma que ahora está centrada en la crianza de sus hijos Milan y Sasha, y su carrera musical, que ha resurgido tras su ruptura:
«Este año he luchado por sacar a flote a mis hijos, mis padres, mi nueva vida fuera de España. Proveer un nuevo hogar para mis hijos y poco a poco lo estoy consiguiendo, estoy reconstruyendo el nido”, confiesa.
“Sueño con ver que mis hijos superarán todos los embates de la vida, que el dolor al que injustamente se han enfrentado los haga solo más compasivos y empáticos, más fuertes y nobles. Que puedan llegar a ser enteramente felices y puedan algún día disfrutar de una familia con la que no pudimos ofrecerles y que puedan llegar a ser hombres libres pero de bien. Felices, pero cuidadosos con los otros. Que cuiden de sus futuras familias con valentía y honradez. Que tengan valores y un propósito en la vida que trascienda más allá de ellos mismos», señala.