Un fenómeno fascinante: Cuando están cansadas, las abejas ‘se duermen’ en las flores

Un fenómeno poco conocido pero científicamente documentado ha capturado la atención de la comunidad de biólogos y fotógrafos de la naturaleza: las abejas, agotadas tras un largo día de polinización, a menudo se quedan «dormidas» dentro de las flores.

Lo que a primera vista parece un simple descanso, es en realidad una forma de letargo o dormitación que les permite recuperar fuerzas.

Aunque las abejas no tienen un cerebro que funcione como el de los humanos ni un ciclo de sueño similar al nuestro, estudios han demostrado que su actividad cerebral y metabólica disminuye considerablemente durante la noche.

Al caer el sol, es común ver a estas incansables polinizadoras acurrucadas en los pétalos de las flores, a veces con las patas aferradas a los estambres, como si estuvieran en una cama suspendida.

Este comportamiento, a menudo capturado en impresionantes fotografías macro, no solo es tierno, sino que también es crucial para su supervivencia. Las flores, al protegerlas del frío y los depredadores nocturnos, funcionan como un refugio seguro. Al amanecer, con el calor del sol, las abejas despiertan, listas para continuar con su vital labor de recolectar polen y néctar, perpetuando así la vida en los ecosistemas de nuestro planeta.