Britney Spears arremete contra su exmarido y sus hijos: ‘Estoy harta’
Kevin Federline acaba de lanzar un nuevo libro hablando de su relación…
Britney Spears no se guardó nada al abordar el doloroso manejo de la relación con sus hijos por parte de su exmarido, Kevin Federline, y acusó a ambos de solo verla por interés financiero.
La Princesa del Pop, de 43 años, recurrió a sus redes sociales para lanzar una andanada de comentarios explosivos sobre su situación familiar, calificando los comentarios su exesposo como «extremadamente dolorosos y agotadores».
Britney reveló que las visitas de sus hijos adolescentes, Sean Preston y Jayden James, han sido casi inexistentes, a pesar de sus ruegos: «Uno de mis hijos solo me ha visto 45 minutos en los últimos 5 años y el otro solo me ha visitado 4 veces. Yo también tengo orgullo», señaló dolida.
La cantante dejó entrever que el problema no es solo la distancia, sino las finanzas, criticando implícitamente a su Federline:
«Esas mentiras piadosas de ese libro van directo al banco (…) Discrepo totalmente de la forma en que me ataca en sus entrevistas… El hombre de la entrevista fue DIRECTO A LA FUENTE y lo dijo CLARO COMO EL DÍA: sin dinero de Britney durante 5 años, intentas que te paguen».
La intérprete de «Toxic» insistió en que sus hijos necesitan ser responsables de sí mismos, señalando el impacto del polémico historial de su padre, Jamie Spears: «Lamentablemente, siempre han presenciado la falta de respeto de mi propio padre».
Spears se defendió de los rumores sobre su salud mental y consumo de alcohol:
«Soy una mujer bastante inteligente que ha estado tratando de vivir una vida sagrada y privada durante los últimos 5 años. Hablo de esto porque ya he tenido suficiente y cualquier mujer de verdad haría lo mismo».
Finalmente, Britney, visiblemente herida, concluyó con un mensaje desgarrador sobre su necesidad de amor incondicional:
«Ser amada incondicionalmente y con un corazón ingenuo como el mío, siempre amenazada o haciéndome creer que soy la mala mientras se aprovechan de mi dolor… Ay, Dios mío, muéstrame que hay un Dios y que yo también puedo ser amada incondicionalmente».