La relación entre la monarca y la duquesa de Sussex no era de las mejores…
La relación entre la Reina Elizabeth II y Meghan Markle estuvo marcada por la tensión desde el principio, según revelan ahora personas cercanas a la monarca.
A pesar de las declaraciones públicas de Harry y Meghan sobre la cordialidad con la Reina, las fuentes aseguran que la relación se deterioró rápidamente debido a los constantes desafíos de los Sussex a las tradiciones y protocolos reales, revela un nuevo relatorio de la revista «In Touch».
Entre los principales puntos de fricción se encuentran:
El vestido de novia: La Reina consideró que el vestido de Meghan era «demasiado blanco» para una divorciada que se casaba en la iglesia.
La tiara: Hubo desacuerdos sobre el uso de la tiara real, con Harry acusando a miembros del palacio de obstruir el proceso.
El uso del apodo «Lilibet»: La Reina se sintió profundamente ofendida por el uso del apodo familiar «Lilibet» para su bisnieta, considerando que era un nombre que pertenecía exclusivamente a ella.
Además, las constantes críticas de Harry y Meghan a la Familia Real, incluyendo las acusaciones de racismo en la entrevista con Oprah Winfrey, tensaron aún más la relación con la Reina.
La muerte de Elizabeth marcó el final de la presencia de Meghan en Inglaterra. Desde entonces, los proyectos de Harry y Meghan en Estados Unidos también han enfrentado desafíos, como las críticas recebidas por la empresa de saúde mental de Harry, BetterUp.