La conductora de televisión falleció el pasado 28 de junio a los 78 años…
La conductora Talina Fernández murió sorpresivamente el pasado 28 de junio a los 78 años y fue cremada en la tarde del jueves. Ahora su hijo Pato Levy reveló la última voluntad de su madre.
‘Pato’, quien en los últimos años fue el hijo más allegado a la periodista, reveló que, tras cremarla, una parte de las cenizas piensan llevarla a Acapulco, pues fue uno de sus últimos deseos.
“Ella lo que quería con sus cenizas es [que se fueran a] Acapulco. Acapulco para ella siempre fue muy importante, sus papis tuvieron casa ahí, ella siempre fue a Acapulco (…) Sus cenizas las vamos a llevar a Acapulco, yo me iré a tirarlas al mar y lo que pensábamos era poner una plaquita allá abajo de la virgencita que está en el mar en Acapulco, escondida entre las piedras, con el nombre de mi mami”, reveló.
La otra parte de las cenizas de Fernández se quedarán en su casa, donde le harán un altar, tal y como el que tiene su hermana Mariana Levy, fallecida en 2005.
“Nos quedaremos con [una parte de las] cenizas. Pondremos un altar bonito con sus fotos para que siempre, todo los días que pases, voltees y la veas como tenemos ahí de Mariana (Levy)”.
La tarde de este miércoles 28 de junio se dio a conocer que Talina Fernández fue hospitalizada de emergencia en la Ciudad de México. Horas más tarde su hijo Jorge ‘Coco’ Levy fue visto llorando afuera del hospital y se confirmó posteriormente la muerte de la querida presentadora a los 78 años de edad.
Todavía no se sabía las causas que llevaron a Talina a ser hospitalizada, pero estaba en terapia intensiva.
Según el periodista Gustavo Adolfo Infante Fernández estaba «viviendo sus últimos momentos”, y que el deterioro de su salud fue debido a una leucemia que le fue diagnosticada hace tiempo.
De acuerdo al diario «El País», Coco Levy comentaba, momentos antes de que la noticia comenzara a ocupar las portadas de los diarios nacionales, que la salud de su madre había empeorado de manera “crítica” en las últimas horas.
“Está en una condición muy crítica. Todavía no se ha ido”, explicaba a los medios con los ojos llorosos y la voz temblorosa. Fernández comenzó a notar cierta debilidad hace un mes, y la enfermedad apareció por sorpresa: “Tuvo una enfermedad que surgió muy rápido. No la esperábamos, no la vimos venir, no supimos como degeneró tanto”, dijo.
Aún según El País, Hace un mes, Fernández comenzó a sentir una debilidad física. Los primeros diagnósticos asociaban el problema de falta de vitaminas; y, pronto, los médicos comenzaron a analizar su sangre. El agotamiento se convirtió rápidamente en una “mielosis displásica” (síndrome mielodisplásico) —una alteración que provoca la interrupción en la producción de células sanguíneas—, que más tarde derivó en la leucemia contra la que ha luchado en las últimas semanas. “Hizo que su sangre ya no funcionara. Empezó a tener unos dolores muy terribles, por lo que acabamos en el hospital y, aunque se controlaba el dolor, ya no se pudo. Estamos en momentos muy difíciles, en los últimos momentos”, añadía Levy.